La palabra “feromona” es de origen griego y significa “portador de excitación ”.
Las feromonas son partículas químicas naturales muy eficaces, secretadas por los seres humanos y por los animales con el objetivo de atraer la atención del sexo opuesto. La función natural de las feromonas en los humanos y los animales es la de intensificar la atracción sexual.
Las personas producen y secretan las feromonas a través de las glándulas sudoríparas. Es por eso que cada vez que sudamos expulsamos una pequeña cantidad de feromonas. Pero el problema consiste en que prácticamente nos duchamos diariamente con el objetivo de no oler a sudor por lo que ¡junto con el sudor nos lavamos precisamente las sustancias que nos hacen más atractivos y sexuales ante los demás! Además, la producción de feromonas disminuye rápidamente después de pasados los 20 años y sólo secretamos una pequeña parte al cumplir los 40 años. Las feromonas sintéticas humanas ahora nos permiten tener un olor limpio y fresco sin perder la natural atracción de las feromonas. ¡Al fin podemos valernos de lo mejor que hay en ambos mundos!